El cultivo de los forrajes deshidratados tiene futuro, un gran futuro por delante. Tanto es así, que los brotes verdes que esperan ver las economías, ya se contemplan desde hace meses en el campo. Los países del Golfo Pérsico y China son los grandes mercados a los que miran los productores españoles.
«Esta campaña se ha vendido todo. El que tenía forraje lo ha colocado en el mercado, y a buen precio», sentenció Joaquín Capistrós, responsable de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (Aefa) en el Seminario Estatal sobre forrajes realizado enPalincia, quien destacó que la bajada del consumo interno y el aumento de las exportaciones son las claves de la actual campaña. «España producirá 1,9 millones de toneladas y se destina a mercados exteriores 1,1 millones».
Los forrajes deshidratados parecen, a bote pronto, la panacea para el profesional del campo, en momentos donde hay que decidir qué se produce para optimizar recursos.
«Hemos entrado en una dinámica muy positiva. La gran demanda de países del Golfo Pérsico como Emiratos Árabes o Arabia Saudí ha impulsado este cultivo», manifestó Capistrós. Estos países han optado por dar un giro a su demanda. Si antes Estados Unidos era su principal mercado, ahora España se ha colocado en un lugar preferente.
«El incremento de los precios en América, unido a las altas cotas de calidad del producto español, su buena logística y el cambio euro-dólar juegan a nuestro favor».
Sin embargo, el responsable de Aefa, señaló que esto no debe hacer que los profesionales españoles se relajen. «La dependencia del Golfo tiene sus aspectos negativos. Ellos marcan el precio y marcan también la demanda, algo que puede cambiar en cualquier momento».
Ese argumento le sirvió de antesala para afirmar rotundamente que la apertura de nuevos mercados será clave. «Estamos trabajando con China. Es complicado entrar, pero ya hay conversaciones y esperamos una visita de responsables de aquel país para homologar el producto», precisó Capistrós.