Controlar las etapas de producción de la alfalfa, desde el cultivo hasta el procesado en fábrica es lo que permite la elaboración de un alimento de calidad para el ganado.
Determinar los momentos óptimos de siega y recolección, permite aumentar la calidad nutritiva del forraje.
Utilizando técnicas d deshidratación por ventilación, se reducen las pérdidas de valor nutritivo (hojas, proteína, vitaminas y minerales).